viernes, 8 de julio de 2011

Ojalá sea de menor a mayor

(Especial para Noticia Cero)


¿Era lo que esperábamos? ¿Era lo que queríamos ver? Definitivamente no. 




Messi una sombra hostigado por la presión que ejercieron los bolivianos y desconectado del circuito de juego entre Banega, Masche y el Cuchu. Un técnico sin respuestas, serio, dubitativo y frío sobre todas las cosas, como la corriente que azotó La Plata y pareció contagiar a los jugadores. Queda en claro que ningún argumento será válido para defender una actuación tan desconcertante como la de anoche. Una actuación que deja más dudas que certezas, más preocupaciones que virtudes pero por detrás el alivio de que es el comienzo, el inicio del camino a la gloria añorada y la esperanza latente de que los campeones, en la mayoría de los casos, van de menos a más. 
Los primeros minutos nos tuvieron como dominadores en el trámite, bien y al borde del grito tan esperado, ese grito que se haría agónico después. El punto de inflexión estuvo en la ruptura de la conexión de los tres de arriba con el mediocampo cuando el rival presionó, y que sólo se regeneraba cuando el crack del Barca bajaba a pedir la pelota y sorprendía o con algún que otro toque de distinción del resto. 
Por el otro lado como dijimos una Bolivia contundente, sólida y férrea con sus jugadores en sus más altos niveles de esfuerzo y lucha. Martins fue una pesadilla para los dos centrales nacionales que nunca lo tuvieron controlado y dejaron la puerta abierta para cualquier jugada en velocidad que pudo haber terminado en gol como la que le saca Romero con el 0-1 abajo. Mascherano obligado a retrasarse para cooperar con la recuperación, Messi nunca cómodo para hacer la diferencia, Carlitos errático, impreciso y anulado por una línea defensiva visitante que ni siquiera cuando en la etapa complementaria pasó a la posición de 9 lo dejó jugar tranquilo. 
El baldazo de agua helada que supuso el gol en el arranque de la segunda mitad no hizo más que acrecentar el nerviosismo que ya se apoderaba de varias almas albicelestes, pero siempre se creía en un despertar que nunca se concretó. La dinámica que le otorgó al equipo Agüero con su aparición fue vital por el hermoso gol que convirtió, tras una asistencia de otra galaxia del Pupi, y por el impulso anímico que protagonizó en esas últimas arremetidas heroicas en busca del 2-1 que apagara las luces de alarma. 
Sin embargo y en conclusión, todo se remite a puntos suspensivos… a un continuará que tiene como escollo próximo el fuerte combinado cafetero ante los que tendremos que demostrar como locales que somos que aspiramos a la copa. Mi deseo y el de todos es que ojala sea de menor a mayor…

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