Uruguay, sin lugar a dudas la mejor selección americana de la actualidad volvió a consagrarse como reina del continente tras 16 años. Superó a nuestro equipo en copas ganadas (ahora suma 15), nos eliminó aquí, donde deberíamos haber sacado pecho y con Messi como titular con lo que eso significa en el mundo futbolístico. Con un entrenador muy capaz, de sobrada experiencia, trabajador y consciente de sus limitaciones la celeste volvió a gritar campeón en el Monumental ante los de Martino.
Es verdad que llegaba como candidato por su cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica y con jugadores de renombre, pero sus objetivos iban por debajo de los que teníamos nosotros o la verdeamarelha.
En base a esfuerzo y dedicación con un once sólido, comprometido y que sabía que quería alcanzar fue superando escollos. El más duro de ellos fue la Argentina, los dirigidos por el ya despedido Sergio Batista que cayeron por penales debido al error de Tevez en dicha definición y a la memorable actuación del arquero argentino nacionalizado Muslera, figura de los de Tabárez durante la copa.
Por otra parte, Luis Suárez estuvo intratable a lo largo del certamen demostrando todo lo que le puede brindar a sus compañeros y fue el punto más alto por la importancia de sus apariciones, sobre todo ante Perú y Argentina. Diego Forlán rompió la racha de convertir justo en la final ante Paraguay para sacarse la mufa y festejar un título que ya su padre y su abuelo habían obtenido, agrandando más historia aún al apellido.
Diego Lugano en la defensa junto a Coates demostraron que son de primer nivel, más allá de a veces abusar de la fuerza pero sumando seguridad y confianza a la que ya brindaba el guardavalla. Maxi Pereira como lateral derecho alternó buenas y malas, pero cuando estuvo en su rendimiento no tardó en influir decisivamente.
Párrafo aparte para la mitad de cancha. Un doble cinco luchador, imposible de pasar, pegador, bien sudamericano y fiel al estilo que caracteriza a los charrúas. Egidio Arévalo Rios, Diego Pérez y su reemplazante natural Walter Gargano resultaron ser un muro infranqueable para cualquier habilidoso que quisiera meterse por esa zona apoyando la causa que marcábamos anteriormente y Álvaro Pereira además de maratonista estuvo goleador en momentos vitales para la subsistencia.
Gran faena gran la de los “yorugua” en tierra nacional. Nos taparon la boca, hablando literalmente. Será cuestión de seguir trabajando y aspirar a la humildad.
La Copa América Argentina 2011 llegó a su punto cumbre. No saltamos de alegría porque Uruguay hizo honor a su pasado y nos dejó sin nada. ¿Habrá revancha en Brasil 2014?
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