lunes, 12 de septiembre de 2011

Rogelio, el salvador

(Especial para Noticia Cero)


Funes Mori salvó a River de una derrota histórica ante Defensa y Justicia en el estadio de San Lorenzo, sin público, con un cabezazo en el epílogo de un entretenido encuentro. Víctor Piriz Alvez, autor de las conquistas visitantes, fue la figura. Ahora lideran los jujeños que doblegaron a Central.


La quinta presentación de los millonarios en la B Nacional volvió a repetir el resultado y el nivel de juego de la fecha pasada, lo que se resume en una sola palabra: mediocridad. Sin vuelo futbolístico, sin variantes, atosigado por sí mismo, sin abrir la cancha, regalando espacios atrás, con desatenciones defensivas vitales… eso fue el equipo de Almeyda.
Por el otro lado estaba Defensa, que iba por la hazaña y lo estaba consiguiendo hasta que apareció el menos pensado, el que no festejaba hacía más de un año y que rescató a la banda riverplatense del primer hundimiento repentino.
Fernando Cavenaghi, el goleador, fue el encargado de abrir la cuenta en el Nuevo Gasómetro después de una jugada elaborada entre Domínguez y Ocampos lo que vislumbraba un cotejo no tan difícil como sucedió para los locales, pero, el ex-Talleres Piriz Alvez se valió de un rebote tres minutos más tarde para emparejar las acciones. El final de la primera etapa dejaba el interrogante abierto para el complemento, con una visita bien parada y con rendimientos altos en sus jugadores.
Como era de esperar, la segunda parte mantuvo la tónica, con los millonarios tratando de enlazar tres pases seguidos en velocidad mientras que su contrincante luchaba y dejaba todo buscando sacar diferencias cuando cruzaba tres cuartos de cancha.
Como suele suceder con continuidad un córner a favor significa, en ocasiones especiales, un gol en contra y se volvió a cumplir con la ley porque en una contra letal, con la dinámica y la precisión que se necesita Defensa encontró el segundo. A un toque movieron el balón hasta su baluarte más importante que, literalmente, le rompió el arco a Chichizola. 1-2, silencio y muchas dudas.
Luego de este revés, el entrenador riverplatense debió mover las fichas y encontró el salvavidas en un tapado cuando quién impartía justicia ya se disponía a pitar el final.
El barco de Passarella afrontó un cruel temporal que casi lo tumba, otro paso más que deja en claro la dureza de la segunda categoría del fútbol argentino. ¿Le alcanzará con lo que tiene? Veremos…

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