River cortó la racha de empates que ya comenzaba a generar disgustos en su gente con un 2 a 0 frente Gimnasia y Esgrima La Plata que, carente de ideas futbolísticas y resultados, se encuentra sumido en una crisis que avizora el alejamiento de su entrenador. Funes Mori y Juan Manuel Díaz anotaron en el Nuevo Gasómetro para quiénes hicieron de local.
Sin dudas el encuentro habría tomado otro camino si Gonzalo Vargas hubiera hecho efectivo el penal que Chichizola atajó sobre su derecha a los 11 de la primera etapa, como también es cierto que si Funes Mori no hubiera errado el gol cantado que falló en el área chica a los 3 minutos quizás los millonarios no deberían haber sufrido tanto para festejar su cuarto éxito en la segunda división del fútbol argentino.
La superioridad plasmada en el marcador fue la misma distancia que existió entre ambos conjuntos. Los de La Plata tuvieron más protagonismo en el inicio, pero con el correr del tiempo fueron relegando espacios en ofensiva y entregando más porción de su terreno a los contrarios que, de no haber penado por su baja efectividad, podrían haber festejado una goleada más por falencias rivales que por virtudes propias.
El reemplazante de Fernando Cavenaghi tuvo la oportunidad para redimirse en el arranque del complemento y no titubeó. Con un remate inapelable de zurda sentenció a Monetti para decretar el 1 a 0 a favor de los riverplatenses que, con la ventaja, respiraron más calmos. Así apareció la conquista cumbre.
JM Díaz conectó una pelota parada como en el debut frente a Chacarita para poner punto final a lo que se daba sin dejar lugar para la remontada de un deslucido y pobre Gimnasia.
Para destacar en la banda los ingresos de Cirigliano y Ferrero, continuando con el proceso de formación que propone Almeyda desde el banco de suplentes y que tiene como objetivo el regreso de uno de los clubes más grandes del país a la máxima. El volante le dio la simpleza al mediocampo que ni Ledesma ni Domingo habían podido darle en los anteriores partidos mientras que el central desligó de responsabilidades al arquero para jugar con los pies e impuso su temperamento ante delanteros que no exigieron demasiado.
River recuperó la tranquilidad pero ¿la podrá mantener? Aún le restan 31 pasos por recorrer, una eternidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario