domingo, 21 de agosto de 2011

El club de los pelados

(Especial para Noticia Cero)


El día de la primera excursión como visitante de este nuevo River en la B Nacional llegó. La cita estaba pactada en Mendoza ante el local Independiente Rivadavia, difícil, molesto pero que superó con un triunfo por 3-1 tras arrancar abajo y no pasarla nada bien hasta el empate transitorio de Ocampos. Golpeó en los momentos justos.


Siempre una prueba en terreno ajeno trae aparejadas varias conclusiones que sirven para aclarar el panorama de cómo será este año raro para los hinchas riverplatenses. Ayer hubo demostración de categoría. Incertidumbre, emociones encontradas, sufrimiento, tranquilidad, alegría, presión, sorpresa. Hubo de todo.
Apenas iniciado el juego, Chichizola le sacó un golazo al volante mendocino Lazaro que remató desde más de 40 metros y sorprendió al arquero, quién se recompuso sacándola por arriba del travesaño cuando el balón tenía destino de red.
Esta fortuna no duraría demasiado tampoco, porque Ferradas se valió de la duda del portero en la jugada siguiente para sentenciar la ventaja a favor de su conjunto después de un pase que agarró mal parado a los defensores. Con el gol como empuje los de Hrabina siguieron apretando, imprimiendo una fuerte marca sobre Alejandro Domínguez para cortar el eje del ataque millonario y corriendo todas como si fueran la última.
El trámite cambio radicalmente con el empate, inesperado por cierto, pero que provino por mérito de los de Almeyda y del “club de los pelados”, conformado por Sánchez, Abecasis y Ocampos que funcionó perfecto para decretar la paridad momentánea. Olvidarnos del otro integrante, Martín Aguirre, que marcó el segundo sería un pecado. Lucho, ganó, recuperó y distribuyó hasta que se fue lesionado. Se dio el gusto de festejar su primer tanto con su nueva camiseta poniendo en manifiesto todo el empuje, las ganas y el corazón que lo caracterizan.
El tercero apareció también en un instante clave, vital para la remontada que buscaba la localía pero que terminó de difuminarse tras la creación de Carlos Sánchez que la robó, encaró y quebrantó la escasa diferencia que los separaba con un tiro furibundo. Es decir, sentenció el partido.
Seis de seis en dos encuentros, así dio comienzo la aventura para devolver a uno de las instituciones más grandes del país al lugar que se merece. Quedan 36 pasos, una eternidad…

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